La saga de pintores en la familia se remonta a los inicios de trabajos por cuenta propia de Saturnino Gregorio Lledó Reyes, el año 1.953 en Utrera (Sevilla), el cual inició su aprendizaje a los 12 años de edad en el taller de un gran artista del ramo, Don Juan López, aprendiendo las técnicas de antaño, inclusive la restauración de monumentos.
Saturnino Gregorio Lledó Reyes contaba con una clientela ilustre, por ejemplo pintaba El Cortijo de Gómez Cardeña que por aquel entonces pertenecía al mítico torero Don Juan Belmonte; el cortijo de Gallego, propiedad de un general del ejercito en la reserva; la empresa estatal HYTASA; Don Alfredo Naranjo (alcalde de Utrera en la época); el Excmo. Ayuntamiento de Utrera; las iglesias de Santa Mª de la Mesa, la de Santiago de Utrera; la Santísima Trinidad; la parroquia de San José; nuestra Sra. De Consolación, etc. También contaba con importantes clientes en: Chipiona, Rota, Jerez, Sevilla, etc. habiendo realizado trabajos en las bodegas Osborne, entre otras. Habiendo restaurado cúpulas de vidrios, al igual que marcos de cuadros barrocos y retablos del mismo estilo arquitectónico, pues los maestros pintores de antaño dominaban una vasta gama de facetas, como por ejemplo: dorados, imitaciones de mármol de maderas, colocación de todo tipo de papeles pintados o revestimientos textiles, envejecidos de estatuas y muebles, tirar líneas de cenefas, etc. De ahí que se les catalogara como polifacéticos.
La segunda generación comienza en el año 1.975, con el hijo mayor Juan Antº Lledó Bernabé y las posteriores incorporaciones de Gregorio F. Lledó Bernabé y Francisco J. Lledó Bernabé. Estando formada la empresa por el padre, los tres hijos y el personal contratado y subcontratado, hasta el año 2.006 que fallece el padre. En la actualidad, se compone de los tres hermanos y la subcontratación de profesionales autónomos, según la necesidad del mercado.
Además, la familia Lledó es una familia comprometida con la restauración y el arte desde 1.927, como se puede apreciar en la noticia emitida en el diario El Día de Cuenca, fechado el 1 de Octubre de 1.927.
En el apartado reseñado se puede leer (con dificultad) los nombres de dos personas que efectuaron una donación de 100 pesetas (de la época), cada uno, para llevar a cabo la restauración de la Virgen de Tejada: Don Gregorio Lledó y la Srta. Aurora Lledó, abuelo y madre del fundador de la empresa, Saturnino Gregorio Lledó Reyes.